SEAMOS MEJORES MAESTROS 24 al 30 de noviembre
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Publicador: Buenas tardes. Qué gusto saludarle. Solo estoy compartiendo un pensamiento práctico de la Biblia que está ayudando a muchas familias hoy en día. Con tantas presiones, muchas parejas sienten que cualquier cosita causa discusiones o tensión.
¿Le ha tocado ver eso en matrimonios conocidos?
Amo de casa: Sí, claro… ahora casi todo genera problemas.
Publicador: Exacto, es muy común. Y por eso me llamó la atención un consejo bíblico sencillo pero muy útil. Mire lo que dice Efesios 5:33, aquí menciona que “la esposa debería respetar profundamente a su esposo”. Hoy casi no se habla de respeto en los matrimonios, ¿verdad?
Amo de casa: No, la verdad es que ya no se escucha mucho.
Publicador: Así es. Pero muchos especialistas en familia reconocen que cuando hay respeto, la comunicación mejora y los conflictos bajan muchísimo. Y lo bonito es que la Biblia no presenta este consejo como una obligación pesada, sino como algo que fortalece la relación y crea un ambiente de paz.
(Pausa breve)
Además, no se trata de que alguien sea “más” o “menos”, sino de que ambos se sientan valorados. ¿No le parece que cuando hay respeto, todo en la casa cambia?
Amo de casa: Sí, eso es cierto. Cuando hay respeto, todo es más tranquilo.
Publicador: Exacto. De hecho, muchas parejas nos han dicho que pequeños gestos —como cuidar el tono de voz, agradecer más, apoyar en algo sencillo— hacen una gran diferencia. A veces no se necesitan cambios enormes, sino empezar con algo práctico.
Si usted lo desea, en nuestro sitio jw.org hay un folleto muy bonito llamado “Una obra de amor”, donde se explican estos principios de una manera sencilla y práctica para fortalecer el matrimonio.
¿Le gustaría que se lo muestre para que vea otro consejo breve?
Amo de casa: Sí, claro, muéstremelo.
Publicador: Con gusto. Mire, aquí está… (abre jw.org o le muestra el folleto). Este material es gratuito y muchas parejas lo han encontrado muy útil. Si quiere, puedo dejarle el folleto o enseñarle cómo verlo desde su propio teléfono.
5. Haga revisitas
(4 mins.) DE CASA EN CASA. La persona quiere conversar sobre un tema diferente del que usted había pensado hablarle (lmd lección 7 Pregúntele cuándo pueden volver a hablar. No termine la conversación sin hablar con la persona sobre el día y la hora en los que volverá a visitarla. Y asegúrese de no faltar a la cita. ).
Publicador: Buenas tardes. Qué gusto volver a saludarle. La vez pasada hablamos brevemente, y pensé traerle una idea de la Biblia relacionada con fortalecer la familia. Pero, antes de comenzar… ¿cómo ha estado?
Amo de casa: Bien, gracias. De hecho… quería preguntarle algo, pero no tiene que ver con lo que usted mencionó la otra vez.
Publicador: Claro, ningún problema. Me alegra que lo mencione. Si algo le interesa o le preocupa, con gusto podemos hablar de eso. ¿Sobre qué tema le gustaría conversar?
Amo de casa: Quería saber por qué hay tanta violencia y maldad hoy en el mundo.
Publicador: Es una muy buena pregunta, y muchas personas se la están haciendo. La Biblia ofrece una explicación clara y esperanzadora. Por ejemplo, menciona quién está detrás de tanto sufrimiento y también qué hará Dios para acabarlo. Si usted quiere, puedo prepararle una respuesta completa para que lo analicemos con calma.
(Pausa breve para escuchar cualquier comentario)
Publicador: Justamente eso me hace pensar en algo importante: me gustaría darle una respuesta bien explicada, basada directamente en la Biblia.
Para no tomarle por sorpresa y poder dedicarle el tiempo que merece, ¿cuándo le vendría mejor conversar sobre ese tema?
Amo de casa: Mmm… podría ser el sábado en la tarde.
Publicador: Perfecto, sábado en la tarde. ¿Sería alrededor de las 4, o un poco más tarde?
Amo de casa: A las 4 está bien.
Publicador: Muy bien, entonces nos vemos el sábado a las 4. Me alegra que haya mostrado interés en ese tema. Prepararé una explicación sencilla, con textos bíblicos, para que podamos analizarlo juntos.
(Cierre amable)
Publicador: Muchas gracias por su tiempo hoy. Nos vemos el sábado entonces, a las 4. Que tenga una excelente semana.
6. Discurso
(5 minutos.) ijwbq artículo 96. Título: ¿Qué es el pecado? (th lección 20 Use sus comentarios finales para motivar a los oyentes a aceptar lo que han aprendido y a ponerlo en práctica. ).
Tema: ¿Qué es el pecado?
Párrafo 1 — Introducción: ilustración del arco y la flecha
Imagine que alguien está practicando con un arco y una flecha. Apunta al centro del blanco, dispara… pero la flecha cae lejos del objetivo. Aunque lo intentó, falló el tiro. En la Biblia, la idea del pecado se parece mucho a esto: significa no alcanzar el objetivo, fallar el estándar que Dios ha establecido.
La Biblia explica que el pecado es cualquier pensamiento, sentimiento o acción que vaya en contra de las normas de Dios (1 Juan 3:4, 5:17). A veces pecamos cuando hacemos algo malo, pero también cuando dejamos de hacer lo correcto (Santiago 4:17). Incluso la Biblia usa la expresión “no fallar el tiro” para describir cuando alguien actúa correctamente (Jueces 20:16). Esto nos recuerda que Dios tiene un “blanco”, un estándar perfecto, y alejarse de él es pecar.
Como Dios es nuestro Creador, tiene el derecho de establecer normas justas para la humanidad (Apocalipsis 4:11). Él no lo hace para limitarnos, sino para guiarnos hacia la verdadera felicidad. Y, como dice Romanos 14:12, algún día todos le rendiremos cuentas por nuestras decisiones, sean buenas o malas.
¿Es posible no pecar jamás?
Romanos 3:23 dice que “todos han pecado”. Nadie está libre. ¿Por qué? Porque heredamos el pecado. Podemos imaginarnos esto como un molde. Si el molde está dañado, cada copia que salga también tendrá el mismo defecto. Algo así pasó con Adán y Eva: ellos eran perfectos, pero cuando desobedecieron, su “molde” se dañó (Génesis 3:5, 6). Y todos sus descendientes heredamos esa imperfección (Romanos 5:12). Por eso David dijo: “Con error fui dado a luz” (Salmo 51:5).
¿Hay pecados más graves que otros?
La Biblia muestra que no todos los pecados son iguales. Algunas acciones son muy graves, como la inmoralidad sexual, el asesinato, la idolatría o el espiritismo (1 Corintios 6:9-11; Revelación 21:8). Otras veces cometemos errores impulsivos, como decir algo sin pensar o herir a alguien con palabras (Proverbios 12:18). Aunque estos sean menos graves, no debemos minimizarlos, porque un pecado pequeño puede crecer si no lo corregimos (Mateo 5:27, 28).
La intención también cuenta. No es lo mismo pecar por ignorancia que hacerlo deliberadamente. Hechos 17:30 y 1 Timoteo 1:13 muestran que a veces las personas hacen cosas malas sin saber la norma de Dios. Pero Números 15:30 muestra otra situación: la persona que peca a propósito, pasando por alto lo que Dios dice. La Biblia lo describe como tener un “corazón malo” (Jeremías 16:12).
Otro factor es la frecuencia. Todos podemos cometer un error una vez, pero la Biblia condena a quien decide continuar en un pecado de manera repetida, sin intentar cambiar (1 Juan 3:4-8). Hebreos 10:26 dice claramente que Dios no pasa por alto el pecado continuo y voluntario, después de conocer lo correcto.
¿Hay esperanza para los pecadores?
El pecado puede hacernos sentir muy mal. El rey David lo expresó diciendo: “Mis errores son como una carga pesada” (Salmo 38:4). Quizá nosotros mismos hemos sentido esa carga en algún momento: culpa, tristeza o vergüenza por algo que hicimos.
Pero lo más hermoso es la esperanza que ofrece Isaías 55:7: Jehová está “dispuesto a perdonar”. No importa cuán lejos haya caído nuestra flecha, Dios nos invita a acercarnos a Él, arrepentirnos y cambiar. Es como si dijera: “Ven, te doy otra oportunidad para aprender a apuntar mejor”. Su compasión nos muestra que él quiere ayudarnos, no destruirnos.
Conclusión — Llamado a la acción (TH lección 20)
Hoy vimos que todos fallamos, pero también que Dios está listo para perdonarnos. Así que, ¿qué podemos hacer? Si hemos cometido un pecado, no huyamos de Dios. Más bien, acerquémonos a Él con sinceridad. Si hay un hábito que necesitamos corregir, empecemos hoy, aun con pequeños pasos. Y si sentimos culpa, recordemos que Jehová desea levantar esa carga. Él quiere que sigamos apuntando al blanco, mejorando cada día. Si lo hacemos, podremos disfrutar de la paz que solo el perdón de Dios puede dar.

