. Busquemos perlas escondidas 6-12 de octubre
Busquemos perlas escondidas
Eclesiastés 5:8.
¿Cómo nos consuela este versículo cuando nos tratan injustamente?
Respuesta
Este versículo nos consuela porque nos recuerda que, aunque
haya gobernantes o personas con poder que abusen de los demás, no están fuera
del control de Jehová. Él ve todo lo que sucede, incluso los actos injustos que
se cometen en lo alto del poder humano. Saber que Jehová, el Juez supremo,
observa cada situación y es completamente justo nos da tranquilidad. Podemos
confiar en que, en su debido momento, corregirá toda injusticia y recompensará
a quienes le sirven con un corazón sincero. Por eso, cuando sufrimos malos
tratos, en lugar de desesperarnos, podemos orarle y dejar nuestras cargas en
sus manos, seguros de que Él nos dará consuelo y apoyo.
¿Qué perlas espirituales ha encontrado en la lectura bíblica
de esta semana?
Eclesiastés 5:1 Este versículo nos enseña que cuando nos
acercamos a Jehová, debemos hacerlo con reverencia, humildad y un corazón
dispuesto a escuchar. No se trata solo de “ir” a las reuniones o participar por
costumbre, sino de tener la actitud correcta: la de aprender y aplicar lo que
escuchamos. Cada vez que asistimos a las reuniones o leemos la Biblia,
recordemos que estamos delante de Dios. No vayamos con la idea de “cumplir”,
sino con el deseo sincero de mejorar. Escuchar con atención demuestra que
valoramos la instrucción divina más que nuestras propias opiniones.
Eclesiastés 5:2 Este texto nos recuerda que Jehová es un
Dios majestuoso y merece respeto en nuestras oraciones. No debemos hablar
impulsivamente ni prometer cosas que no hemos pensado. Las palabras apuradas o
vacías pueden reflejar falta de sinceridad. Antes de orar, pensemos en lo que
queremos decir. No es necesario hablar mucho para que Dios nos escuche; lo que
Él valora es la sinceridad del corazón. Orar con calma y reflexión muestra que
tomamos en serio nuestra comunicación con Él.
Eclesiastés 5:3 El texto compara los sueños que vienen de
muchas ocupaciones con las palabras sin sentido de quien habla demasiado. Nos
enseña que el exceso de actividades o preocupaciones puede distraernos
espiritualmente. Entonces no llenemos tanto nuestra vida de cosas materiales o
compromisos que no tengamos tiempo para meditar en lo espiritual. Aprendamos a
equilibrar las responsabilidades para mantener la calma mental y poder pensar
en Jehová.
Eclesiastés 5:6 A veces las personas se justifican cuando no
cumplen lo que prometen o hacen lo malo. Este versículo enseña que no debemos
usar excusas ni culpar a otros por nuestras palabras o errores. Cuando
cometemos un error, lo correcto es reconocerlo y pedir perdón. Ser responsables
fortalece nuestra relación con Jehová y demuestra madurez espiritual.
Eclesiastés 5:8-9 Cuando vemos injusticias o corrupción,
podemos pensar que nadie se da cuenta. Pero Jehová observa todo. Este
recordatorio nos enseña a no desanimarnos cuando el sistema humano parece
injusto. Aunque haya desigualdad, confiemos en que Jehová traerá justicia
perfecta. Él ve lo que otros no ven y recompensará a los fieles en el momento
adecuado.
Eclesiastés 5:16-17 Vivir solo para ganar dinero y disfrutar
placeres termina en frustración. Quien no tiene metas espirituales vive “en
oscuridad”, sin propósito ni paz. La vida sin Jehová carece de sentido. Tenerlo
en el centro de nuestras decisiones da propósito y alegría verdadera.
Eclesiastés 6:1-2 A veces una persona puede tener muchas
cosas materiales —dinero, posición o fama—, pero no disfruta de nada porque le
falta satisfacción interior o salud. Esto demuestra que la felicidad no depende
de las posesiones, sino de la bendición de Jehová. No pongamos nuestra
confianza en las riquezas ni en el éxito. La verdadera alegría proviene de
sentir la aprobación de Dios y disfrutar con gratitud lo que tenemos, aunque
sea poco. Sin Jehová, todo lo demás pierde valor.
Eclesiastés 6:3-5 El escritor muestra que incluso si alguien
tuviera muchos hijos y viviera muchos años, su vida sería vacía si no disfruta
de ella o si muere sin ser recordado. Dice que sería mejor no haber nacido que
vivir sin propósito. No basta con vivir mucho tiempo o tener una familia
grande; lo importante es cómo usamos nuestra vida. Una vida sin Dios, sin metas
espirituales, termina siendo vacía. Cada día debe tener un propósito que agrade
a Jehová.
Eclesiastés 6:7 Por mucho que trabajemos para satisfacer
nuestras necesidades materiales, nunca nos sentiremos completamente satisfechos
si solo nos enfocamos en eso. El alimento físico mantiene el cuerpo, pero solo
el alimento espiritual —la Palabra de Dios— satisface el alma. Busquemos
primero las cosas espirituales, y Jehová proveerá lo necesario para lo demás.
Eclesiastés 6:12 Nadie sabe realmente qué es lo mejor para
el hombre en esta vida tan corta y pasajera. Solo Jehová, que ve el futuro,
sabe lo que realmente nos conviene. En lugar de insistir en nuestros propios
planes o decisiones, confiemos en la guía de Jehová. Si dejamos que Él dirija
nuestros pasos, nuestra vida tendrá sentido, paz y propósito, aunque no
comprendamos todo de inmediato.