Busquemos perlas escondidas 13 al 19 de octubre

 

Busquemos perlas escondidas 13 al 19 de octubre 

 


Ec 7:20-22. ¿Cómo nos ayudan estos versículos a decidir si debemos hablar con un hermano que nos ha ofendido?

Estos versículos nos ayudan a ser humildes y reflexivos antes de hablar con un hermano que nos ha ofendido. Eclesiastés 7:20-22 nos recuerda que todos cometemos errores y decimos cosas sin pensar. Por eso, antes de reaccionar, conviene analizar si tenemos todos los hechos y si el hermano quizás no tuvo mala intención. También debemos recordar que nosotros mismos hemos dicho o hecho cosas parecidas en el pasado. Pensar así nos ayuda a ser comprensivos y, en muchos casos, a dejar pasar la ofensa con amor, evitando crear un problema mayor.

Eclesiastés 7:1

Un buen nombre no se compra ni se gana de la noche a la mañana; se construye con el tiempo, con acciones constantes que reflejan amor, humildad y fidelidad. Un perfume puede atraer por un momento, pero la buena reputación de una persona recta deja una huella duradera. Para Jehová, lo que somos en lo más profundo del corazón tiene más valor que cualquier logro o apariencia externa. Cada día tenemos la oportunidad de fortalecer nuestro “buen nombre” al actuar con sinceridad, cumplir nuestras promesas y tratar a los demás con respeto. Cuando vivimos de esa manera, no solo ganamos la aprobación de los hombres, sino también la de Dios, que es el mayor honor que podríamos alcanzar.

 

Eclesiastés 7:5

Aceptar corrección requiere humildad, pero también demuestra madurez espiritual. Las personas sabias nos corrigen con amor y desean vernos crecer, mientras que los necios solo nos dicen lo que queremos oír. Escuchar un consejo basado en la Biblia puede doler al principio, pero produce buenos frutos, porque nos ayuda a mejorar y a evitar errores mayores. Es mejor una advertencia sincera que un elogio vacío. Por eso, cuando alguien maduro en la fe nos ofrece una observación amable, debemos apreciarla como una muestra del cariño de Jehová, quien usa a sus siervos para ayudarnos a avanzar.

 

Eclesiastés 7:8

Este texto nos anima a valorar la perseverancia. Muchos comienzan con entusiasmo una meta o un servicio a Jehová, pero lo verdaderamente valioso es mantenerse fiel hasta el final. La paciencia y la humildad son virtudes que nos permiten continuar, incluso cuando las circunstancias no son favorables. Jehová observa con agrado a quienes terminan lo que empezaron, confiando en Él. Cuando enfrentemos pruebas o nos sintamos cansados, recordemos que cada esfuerzo constante fortalece nuestro carácter y nos acerca más a la recompensa eterna que Jehová promete a los que no se rinden.

 

Eclesiastés 7:9

El enojo es una emoción natural, pero si no se controla, puede causar daño y destruir relaciones. Este versículo nos recuerda que debemos cultivar la calma y la paciencia. Antes de reaccionar impulsivamente, podemos detenernos, orar y pensar en cómo responder de manera amorosa. Jehová mismo es un ejemplo perfecto: es paciente, compasivo y lento para la ira. Cuando imitamos esa cualidad divina, reflejamos su espíritu y conservamos la paz en el hogar, en la congregación y en el corazón. Aprender a mantener la serenidad es una muestra de verdadera sabiduría y fortaleza interior.

 

Eclesiastés 7:10

A veces, cuando enfrentamos tiempos difíciles, sentimos nostalgia por el pasado. Pero la Biblia nos enseña a vivir el presente con fe y gratitud. Cada etapa de la vida tiene su propósito, y Jehová sigue cuidando de nosotros, sin importar los cambios. Mirar atrás con quejas o idealización puede hacernos perder las bendiciones que Dios nos da hoy. En lugar de añorar lo que fue, es mejor enfocarnos en lo que podemos hacer ahora para seguir creciendo espiritualmente. Jehová tiene nuevos motivos de alegría preparados para quienes confían en Él.

Eclesiastés 7:12

 

El dinero puede ofrecer seguridad momentánea, pero la sabiduría divina proporciona protección real y duradera. La sabiduría que proviene de Jehová —basada en su Palabra— nos guía a tomar decisiones prudentes, nos libra de muchos problemas y nos da paz interior. Mientras el dinero se acaba, la sabiduría espiritual nunca pierde su valor. Ella nos enseña a ver la vida con equilibrio, a evitar los excesos y a poner la confianza en Dios, no en las cosas materiales. Aplicar la sabiduría bíblica es una garantía de bienestar presente y futuro, porque conduce a la vida eterna.

 

Eclesiastés 7:29

 

Jehová creó al ser humano con cualidades hermosas, como la rectitud, la bondad y la capacidad de amar. Pero con el tiempo, la humanidad se desvió buscando su propio camino, complicando la vida con egoísmo y desobediencia. Este versículo nos anima a volver a la sencillez original que Dios desea: una vida guiada por principios justos, sin intrigas ni engaños. Cuando vivimos de acuerdo con las normas de Jehová, encontramos verdadera felicidad, equilibrio y paz. Él no quiere que llevemos una vida llena de confusión, sino una vida recta, clara y llena de propósito.

 

Eclesiastés 8:2-4

Jehová valora el orden y la obediencia. Él espera que respetemos a las autoridades mientras nuestras acciones no contradigan sus principios. Ser obedientes y respetuosos demuestra sabiduría y humildad. Un siervo fiel no busca la rebelión, sino la paz. La sabiduría también nos enseña cuándo hablar con valentía y cuándo guardar silencio con prudencia. En un mundo que muchas veces desprecia la autoridad, los siervos de Jehová se distinguen por su actitud pacífica y equilibrada.

 

Eclesiastés 8:8

Este versículo nos recuerda nuestra fragilidad. Ningún ser humano puede controlar la vida ni detener la muerte. Reconocer esta realidad nos ayuda a mantenernos humildes y a valorar cada día que Jehová nos da. En lugar de vivir preocupados por el futuro, podemos concentrarnos en hacer el bien, fortalecer nuestra fe y vivir en armonía con la voluntad de Dios. La vida es breve, pero cuando se vive con propósito y esperanza, tiene un valor eterno.

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