ARTÍCULO DE ESTUDIO 31 LA ATALAYA DEL 11 AL 12 DE OCTUBRE

 

ARTÍCULO DE ESTUDIO 31 LA ATALAYA DEL 11 AL 12 DE OCTUBRE 

 

 

¿Ha aprendido “el secreto” para estar contento?

 

 


1. ¿Qué significa estar contento con lo que uno tiene, pero qué no significa?

Para mí, estar contento con lo que tengo significa sentirme tranquilo y agradecido con las bendiciones que Jehová me ha dado, sin compararme con los demás ni vivir deseando más cosas. No quiere decir que me conforme o deje de esforzarme, sino que sigo trabajando por mejorar en mi servicio a Jehová, aunque todavía no tenga ciertas metas o responsabilidades que me gustaría alcanzar.

 

2. ¿Por qué es tan peligroso no estar contentos con las cosas que tenemos?

He visto que cuando una persona no está contenta, empieza a enfocarse en lo que no tiene y eso puede llevarla a cometer errores serios. Uno puede terminar trabajando de más, descuidando su vida espiritual o incluso justificando acciones que deshonran a Jehová. También puede pasar que el desánimo por no recibir una responsabilidad nos haga perder el gozo en el servicio. Por eso entiendo que el descontento, si no lo controlo, puede poco a poco enfriar mi amor por Jehová.

 

3. ¿Qué tranquilidad nos da Filipenses 4:11, 12?

Este texto me da mucha paz, porque me recuerda que el contentamiento se aprende. Pablo pasó por muchas dificultades, incluso estuvo preso, y aun así se mantenía alegre. Eso me enseña que, aunque mi situación no sea perfecta, puedo aprender a estar satisfecho si confío en Jehová y me concentro en lo bueno. Saber que Pablo lo logró me anima a pensar que yo también puedo hacerlo con la ayuda de Dios.

 

4. ¿Por qué ser agradecidos nos ayuda a sentirnos contentos?

Cuando me detengo a pensar en todo lo que Jehová me ha dado —mi familia, mi congregación, mi salud, y sobre todo su amistad— me doy cuenta de que tengo muchas razones para estar feliz. Ser agradecido cambia mi forma de ver la vida; en lugar de pensar en lo que me falta, me enfoco en las bendiciones que tengo. Al hacerlo, siento una paz muy especial, la misma “paz de Dios” que menciona Filipenses 4:6, 7.

 

5. ¿Qué motivos tenían los israelitas para estar agradecidos?

Los israelitas tenían muchísimos motivos para ser agradecidos: Jehová los liberó de la esclavitud, los protegió del faraón, les dio alimento todos los días. Sin embargo, se quejaban porque solo pensaban en lo que no tenían. Eso me hace reflexionar que yo también debo cuidar mi actitud. Si me enfoco en las bendiciones, no en las carencias, siempre tendré motivos para estar contento y agradecido con Jehová.

 

6. ¿Qué nos ayudará a ser agradecidos?

A mí me ha ayudado mucho tomarme un momento cada día para pensar en las cosas buenas que disfruto, por pequeñas que parezcan. A veces incluso las anoto, y eso me hace darme cuenta de cuántas bendiciones tengo. También trato de expresar gratitud, no solo a Jehová, sino a las personas que me ayudan o me muestran cariño. Además, busco rodearme de hermanos que tienen una actitud agradecida, porque su forma de pensar me anima. Cuando me esfuerzo por ser agradecido, es más difícil que me amargue o me enfoque en lo que me falta.

 

7. ¿Qué ayudó a Aci a sentirse más contenta?

El ejemplo de Aci me hace pensar en cómo todos podemos caer en la comparación. Ella empezó a sentirse mal al mirar lo que otros tenían, pero decidió cambiar su forma de pensar. Comenzó a fijarse en las bendiciones que Jehová le daba cada día, y eso le devolvió la alegría. Me gusta su actitud porque me recuerda que cuando agradezco lo que tengo y pienso en todo lo bueno que Jehová me permite disfrutar, mi corazón se llena de paz y satisfacción.

 

8. ¿Qué le pasó a Baruc?

Baruc era un siervo fiel, pero por un momento se desanimó y perdió de vista lo más importante. Empezó a pensar demasiado en sí mismo y en lo que quería lograr, en lugar de enfocarse en lo que Jehová le había encomendado. Me llama la atención la manera en que Jehová le corrigió con amor, diciéndole que dejara de buscar “cosas grandes”. Eso me enseña que si alguna vez me siento frustrado por no tener lo que deseo, debo recordar que lo más valioso es tener la aprobación de Jehová.

 

9. ¿Qué nos enseña 1 Corintios 4:6, 7?

Este texto me ayuda a recordar que todo lo que tengo —mis habilidades, mis privilegios y mi lugar en la congregación— es un regalo de Jehová, no algo que yo haya ganado por mérito propio. A veces puedo sentir que me esfuerzo mucho o que merezco cierta asignación, pero pensar en las palabras de Pablo me ayuda a mantenerme humilde. Me hace ver que todo proviene de la bondad inmerecida de Dios, y eso me motiva a servir con alegría sin compararme con nadie.

 

10. ¿Qué nos ayudará a ser humildes?

Lo que más me ayuda a cultivar la humildad es meditar en el ejemplo de Jesús. A pesar de tener toda la autoridad en el cielo y en la Tierra, él se arrodilló para lavar los pies de sus discípulos. Si él, siendo el Hijo de Dios, no buscó una vida cómoda ni privilegios especiales, ¿cómo podría yo sentirme con derecho a más? Su ejemplo me enseña que la verdadera grandeza está en servir con amor y estar contento con lo que Jehová me ha dado.

11. ¿Qué ha ayudado a Dennis a sentirse más contento?

El ejemplo de Dennis me enseña mucho. A veces, igual que él, puedo sentir cierta frustración cuando otros reciben asignaciones que me gustaría tener. Pero me gusta su forma de reaccionar: en lugar de dejarse llevar por esos sentimientos, él se esfuerza por fortalecer su humildad. Relee textos bíblicos sobre este tema, escucha discursos y se centra en recordar que todo lo que hacemos es para la gloria de Jehová, no para recibir reconocimiento. Su actitud me recuerda que el servicio que prestamos le pertenece a Jehová, y que mientras Él nos use, aunque sea en cosas pequeñas, eso ya es un privilegio inmenso.

 

12. ¿Qué esperanza nos ayuda a estar contentos con nuestras circunstancias actuales?

Pensar en las promesas de Jehová me llena de calma y alegría. Meditar en el futuro que Él promete —casas hermosas, trabajo satisfactorio, salud perfecta y una vida sin temor ni dolor— me ayuda a no dejarme llevar por la frustración del presente. Jehová sabe que la vida hoy puede ser difícil, pero su promesa de un mundo sin sufrimiento me da la fuerza para seguir adelante con optimismo, sabiendo que ese paraíso no es un sueño, sino una garantía.

 

13. ¿En qué situaciones es especialmente importante que pensemos en nuestra esperanza?

Para mí, pensar en la esperanza es vital cuando los problemas se hacen pesados, como las dificultades económicas, las enfermedades o la pérdida de seres queridos. Vivimos tiempos duros, y a veces el cansancio o la tristeza pueden desanimarnos. Pero recordar que estas pruebas son temporales me da consuelo. Jehová promete que muy pronto eliminará el sufrimiento y la muerte, y eso me ayuda a no dejar que la amargura me venza. Saber que el futuro que Él ofrece es seguro me permite vivir con paz, aunque el presente sea difícil.

 

14. ¿Cómo podemos fortalecer nuestra esperanza?

He aprendido que mantener viva mi esperanza requiere esfuerzo. Es como tener un par de gafas que me ayudan a ver más allá de los problemas actuales. Cuando me agobia la falta de dinero o siento que no avanzo como quisiera, trato de imaginar cómo será la vida cuando Jehová cumpla todas sus promesas. En ese mundo, nada de eso importará. Pensar en ese futuro tan real me ayuda a ver mis problemas con otra perspectiva y a no desanimarme. Cuanto más medito en las promesas de Jehová, más claras y reales se vuelven para mí.

 

15. ¿Qué le enseña el ejemplo de Christa?

El ejemplo de Christa realmente me conmueve. A pesar de sus dolores constantes y de depender de una silla de ruedas, ella mantiene una actitud positiva y firme. Cuando su médico le dijo que su futuro no era alentador, ella pensó con fe: “Él no ve el futuro como yo lo veo”. Esa confianza en Jehová me enseña que, sin importar cuán duras sean nuestras pruebas, si centramos nuestra mente en la esperanza que Él nos da, podemos tener paz y alegría. Ella me recuerda que el sufrimiento es temporal, pero la felicidad que Jehová promete será eterna.

 

“NADA LES FALTA A LOS QUE LE TEMEN”

16. ¿Por qué dijo David que “nada les falta a los que le temen” a Jehová?

Me impresiona mucho el ejemplo de David. A pesar de las tragedias que vivió —la pérdida de varios de sus hijos, las traiciones, las acusaciones injustas y los años de persecución—, él podía decir con convicción que a los que temen a Jehová “nada les falta”. Entiendo que lo decía porque había aprendido que Jehová nunca abandona a quienes le son fieles. Tal vez no siempre evita nuestros problemas, pero sí nos da fortaleza, consuelo y todo lo necesario para mantenernos firmes. Al pensar en eso, me doy cuenta de que, igual que David, puedo sentirme verdaderamente contento sabiendo que Jehová siempre está a mi lado y me da lo que necesito en el momento justo.

 

17. ¿Por qué quiere usted aprender a estar contento sean cuales sean sus circunstancias?

Quiero aprender a estar contento sin importar mis circunstancias porque sé que eso me acerca más a Jehová. Me da paz, estabilidad y una felicidad que no depende de las cosas materiales ni de las situaciones externas. Cuando soy agradecido, humilde y mantengo viva mi esperanza, puedo enfrentar cualquier dificultad con confianza. Mi meta es poder decir, al igual que el apóstol Pablo, que he aprendido a estar contento en toda situación, sabiendo que mientras tenga la aprobación y el amor de Jehová, en realidad no me falta nada.

¿CÓMO NOS AYUDAN ESTAS COSAS A ESTAR CONTENTOS CON LA VIDA QUE TENEMOS?

Ser agradecidos.

Analizando este punto, vemos que cuando cultivamos la gratitud, nuestra forma de pensar cambia. En lugar de enfocarnos en lo que nos falta, valoramos lo que Jehová ya nos ha dado. Reconocemos que todo lo que tenemos —la vida, la salud, la familia espiritual y el amor de Dios— son regalos inmerecidos. Esta actitud positiva nos protege del descontento y nos hace disfrutar más de la vida que llevamos.

 

Ser humildes.

Si somos humildes, aceptamos que no necesitamos tener más dinero, posesiones o reconocimiento para ser felices. La humildad nos ayuda a mantener expectativas realistas y a contentarnos con lo que Jehová nos da. También evita que nos comparemos con otros, lo cual muchas veces genera frustración. Así, la humildad nos da paz interior y nos permite vivir con satisfacción.

 

Meditar en nuestra esperanza.

Cuando reflexionamos en las promesas de Jehová —como la vida eterna en la Tierra bajo su Reino— nuestra perspectiva cambia. Los problemas actuales parecen más pequeños y llevaderos, porque recordamos que son temporales. Esta meditación fortalece nuestra fe y nos llena de optimismo, ayudándonos a estar contentos incluso en circunstancias difíciles.

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