TESOROS DE LA BIBLIA BOSQUEJO CON IDEAS QUE PUEDES USAR
: El trabajo duro tiene su recompensa
Introducción
Vivimos en un mundo donde muchos buscan la salida más fácil,
el menor esfuerzo, la recompensa rápida. Las redes sociales, los juegos de
azar, las estafas por internet o simplemente una actitud de comodidad nos
venden la idea de que se puede tener éxito sin esfuerzo.
Pero, ¿qué nos enseña la Palabra de Dios? Jehová nos ha dado
principios que nos ayudan a ver el valor de trabajar duro, ser honestos y vivir
con dignidad. Hoy veremos que el trabajo duro no solo trae beneficios
materiales, sino también bendiciones espirituales y emocionales.
1. No malgaste su tiempo en cosas sin valor
Leamos Proverbios 12:11:
Este versículo compara a dos personas. Una trabaja su campo,
es decir, dedica tiempo y esfuerzo a actividades productivas y útiles. La otra
“persigue cosas sin sentido”, como riquezas fáciles, placeres vacíos o formas
de vida sin rumbo.
Aplicación:
¿Qué actividades llenan nuestras horas? ¿Trabajamos con
metas claras, o estamos atrapados en cosas que no edifican ni nos acercan a
Jehová?
Un joven puede pasar horas en el celular, pero no invertir
ni 15 minutos en ayudar en casa o estudiar la Biblia. Un adulto puede dedicar
todas sus energías a perseguir un ascenso, pero sin cuidar su salud, su familia
ni su espiritualidad. Es vital detenernos y preguntarnos: ¿Estoy trabajando por
lo que realmente vale la pena?
2. Trabaje duro y sea diligente, aunque sea difícil
Leamos Proverbios 12:24:
Este texto resalta el valor de la diligencia, es decir, la
constancia, el esfuerzo y la responsabilidad. Una persona trabajadora puede
avanzar, tener estabilidad, incluso autoridad. En cambio, la pereza lleva a la
dependencia, a la presión y hasta a la esclavitud financiera.
Cita de La Atalaya w16.06 30 párr. 6:
A algunos siervos de Jehová les puede resultar muy difícil ganar
lo suficiente para cubrir sus necesidades. En vez de buscar una salida fácil,
pero poco honrada, se esfuerzan por trabajar duro y ser diligentes. Así
demuestran que valoran las maravillosas cualidades de Dios, entre ellas la
honradez.
Ilustración práctica:
Pensemos en un hermano que trabaja instalando grandes
tuberías.
Lo vemos caminar temprano con sus herramientas al hombro,
bajo el sol.
Luego lo vemos con una llave inglesa ajustando una tubería
muy grande, concentrado y esforzándose.
Más tarde, ese mismo día, está sentado en el Salón del
Reino, con su esposa y su hijita. Cuando el conductor de la reunión hace una
pregunta, ambos levantan la mano para comentar.
Otro día, lo vemos en una gasolinera, aprovechando un
momento para ofrecer un tratado a un desconocido.
Ese hermano trabaja duro, pero no descuida lo espiritual. No
solo cuida a su familia, también le da lo mejor a Jehová. ¿Y cuál es su
recompensa? La paz de conciencia, el buen ejemplo que da y la bendición de
Jehová.
3. El trabajo duro tiene su recompensa
Leamos Proverbios 12:14:
“Del fruto de sus palabras uno se sacia de cosas buenas, y
lo que hagan sus manos le será devuelto.”
Este versículo nos enseña que nuestras palabras y acciones
dan fruto. Es decir, si nuestras manos hacen el bien, si somos trabajadores,
pacientes y honrados, tarde o temprano veremos el fruto de ese esfuerzo.
Recompensas posibles:
Estabilidad económica para cubrir nuestras necesidades.
Buen ejemplo para nuestros hijos.
Reputación como trabajadores confiables.
Tranquilidad interior por hacer lo correcto.
Capacidad para ayudar a otros.
4. Pensar en cómo nuestro trabajo beneficia a otros nos da
felicidad
Leamos Hechos 20:35:
Esta declaración de Jesús encierra un gran secreto para ser
feliz. Y sí, incluso el trabajo duro puede darnos gozo si lo vemos como una
forma de dar.
La Atalaya w15 1/2 5 párrs. 4-6 destaca tres formas en que
nuestro trabajo ayuda a otros:
a) Nuestra familia
Cuando trabajamos con esfuerzo, aseguramos lo necesario:
comida, techo, ropa.
1 Timoteo 5:8 dice….
Pero además de proveer lo básico, enseñamos con el ejemplo.
Un joven dijo de su padre:
“Mi padre tiene una ética de trabajo ejemplar. Es honrado y
ha trabajado duro toda su vida. De él he aprendido el valor del trabajo manual
y de hacer cosas útiles para los demás.”
Ese ejemplo se queda en el corazón de los hijos para toda la
vida.
b) Los más necesitados
Efesios 4:28 nos anima a realizar trabajo duro para “tener
algo que distribuir a alguien que tenga necesidad”.
No todos podemos dar grandes cantidades, pero a veces un
pequeño gesto, una ayuda a un anciano, una contribución al Salón, o una compra
para un hermano necesitado, puede ser de gran valor.
c) El pueblo de Jehová
Nuestro trabajo puede beneficiar directamente a la
congregación. Cuando ayudamos en la limpieza, la construcción o mantenemos
nuestros medios para predicar, estamos contribuyendo a una obra sagrada. ¡Qué
honor tan grande!
Conclusión
Hemos visto hoy que:
El trabajo duro nos aparta de lo que no tiene valor.
Ser diligentes refleja las cualidades de Jehová.
El esfuerzo trae recompensas reales.
Y cuando pensamos en lo mucho que ayudamos a otros con nuestro
trabajo, sentimos verdadera felicidad.
Así que no busquemos atajos. No sigamos la corriente del
mundo que evita el esfuerzo. Más bien, recordemos lo que dice el Salmo 128:2:
“Cuando comas del producto de tu trabajo, serás feliz y te
irá bien.”
Que cada día podamos trabajar duro con dignidad, con
honestidad, y con el deseo de honrar a Jehová. Él no se olvida de lo que
hacemos con amor y lealtad.