CAPÍTULO 26 ESTUDIO DEL LIBRO 05 AL 11 DE MAYO
“Ninguno de ustedes perderá la vida”
1 1. 2 ¿Qué tipo de viaje le esperaba a Pablo, y qué razones tenía para estar nervioso?
Pablo iba a emprender un viaje largo y difícil a Roma como
prisionero. Estaba nervioso porque ya había tenido malas experiencias en el
mar, incluyendo varios naufragios. Además, no sabía qué le esperaba cuando se
presentara ante el emperador, y existía la posibilidad de que lo condenaran a
muerte.
Aparte del temor natural al peligro, ahora viajaba como
prisionero y no como un hombre libre. El trayecto era muy largo —más de 3.000
kilómetros—, y lo esperaba un juicio ante la potencia más poderosa de ese
tiempo. No sabía si sobreviviría al viaje ni si sería condenado por César.
3. ¿A qué estaba totalmente decidido Pablo, y qué veremos en
este capítulo?
Pablo estaba completamente decidido a cumplir su misión de
predicar, sin importar lo que pasara. No se iba a paralizar por el miedo, porque
confiaba en Jehová y quería aprovechar cada oportunidad para dar testimonio. En
el capítulo se ve cómo mantuvo esa actitud durante el viaje.
4. ¿En qué tipo de barco inició Pablo su viaje, y qué
hermanos lo acompañaron?
Comenzaron el viaje en un barco mercante que no estaba
diseñado para pasajeros. Viajaban con él sus compañeros Aristarco y Lucas.
Estos barcos eran incómodos y sin comodidades, especialmente para los
prisioneros.
5. ¿Con quiénes se encontró Pablo en Sidón, y qué nos enseña
este detalle?
En Sidón, Pablo pudo reunirse con hermanos cristianos
gracias al buen trato del oficial romano. Esto nos enseña que ser hospitalarios
puede dar mucho ánimo, tanto al que recibe como al que da la hospitalidad.
6. ¿Cómo fue el viaje de Sidón a Cnido? ¿Qué oportunidades debió de aprovechar Pablo
mientras viajaban?
Fue un viaje difícil porque tuvieron vientos en contra.
Aunque pasaron cerca de lugares conocidos como Tarso, donde creció Pablo, el
clima hizo que el trayecto fuera complicado y peligroso.
Seguramente Pablo usó cada oportunidad durante el viaje para
predicar, ya fuera a los soldados, a la tripulación, a otros presos o a quienes
conocía en los puertos. No desperdició ninguna ocasión para hablar del Reino.
El viaje fue muy lento y complicado por el mal clima.
Cambiaron de barco en Mira y subieron a uno más grande, que llevaba trigo y
muchas personas. A pesar del mal tiempo, Pablo seguramente siguió predicando a
todos los que pudo.