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Lo que hizo Jesús

 

VIDEO: Jesús aconseja a un joven gobernante rico

1. Vea el VIDEO o lea Marcos 10:17-22. Luego analice las siguientes preguntas:

  1. ¿Qué buenas cualidades vio Jesús en este joven gobernante?

Sinceridad: El joven se acercó corriendo a Jesús y lo llamó "Buen Maestro," mostrando respeto y un genuino interés en obtener orientación espiritual.

 

Obediencia a la Ley: Afirmó que había guardado los mandamientos desde joven, indicando que era una persona moralmente recta y con un fuerte sentido de responsabilidad hacia las normas divinas.

 

Humildad: Aunque era rico y de posición prominente, mostró disposición para aprender y buscar la guía de Jesús, lo que revela una actitud humilde.

 

  1. ¿Por qué necesitó Jesús amor y franqueza para aconsejar a este hombre?

Amor para ver su potencial: Jesús "lo miró con amor" (versículo 21), mostrando empatía y un interés genuino en su bienestar espiritual. Aunque el joven tenía una falla importante, Jesús vio sus buenas cualidades y deseaba ayudarlo a alcanzar la vida eterna.

 

Franqueza para abordar un problema profundo: El joven tenía un apego a las riquezas que lo impedía ser un seguidor completo de Jesús. Este era un asunto delicado, ya que tocar su riqueza requería una confrontación directa. Jesús le dijo sin rodeos: "Vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres."

¿Qué aprendemos del ejemplo de Jesús?

2. Si queremos que nuestros estudiantes progresen, necesitamos hablarles con cariño pero también con franqueza.

Imite a Jesús

3. Ayude al estudiante a ponerse metas y alcanzarlas.

  1. Use el recuadro “Propóngase esto” en cada lección del manual Disfrute de la vida.
  2. Ayude al estudiante a saber los pasos que tiene que dar para alcanzar sus metas a corto y a largo plazo.
  3. Felicite con frecuencia a su estudiante por su progreso.

Use el recuadro “Propóngase esto” en cada lección del manual Disfrute de la vida:

Estos recuadros ofrecen pasos prácticos y alcanzables que permiten al estudiante aplicar lo que aprende en su vida diaria. Esto lo ayuda a desarrollar hábitos espirituales sólidos y a ver cómo las enseñanzas bíblicas lo benefician personalmente.

 

Ayude al estudiante a saber los pasos que tiene que dar para alcanzar sus metas a corto y a largo plazo:

Guiarlo para que trace un camino claro lo mantiene enfocado y motivado. Las metas a corto plazo (como asistir a reuniones o leer la Biblia regularmente) lo preparan para metas más grandes (como dedicarse a Jehová y bautizarse). Este enfoque estructurado evita que se sienta abrumado y le da un sentido de logro continuo.

 

Felicite con frecuencia a su estudiante por su progreso:

El reconocimiento refuerza el buen comportamiento y lo anima a seguir avanzando. Le muestra que sus esfuerzos son valiosos y que Jehová, al igual que usted, aprecia su progreso. Esto fortalece su confianza y su deseo de continuar aprendiendo y creciendo espiritualmente.

 

4. Identifique los obstáculos que impiden que su estudiante progrese y ayúdelo a superarlos.

  1. Pregúntese:
    • “Si mi estudiante no está progresando hacia el bautismo, ¿qué puede estar frenándolo?”.
    • “¿Qué puedo hacer para ayudarlo?”.

Al identificar qué puede estar frenando al estudiante, el maestro puede trabajar con él para establecer metas específicas que lo ayuden a avanzar, como asistir regularmente a las reuniones, participar en la predicación o fortalecer su fe mediante el estudio personal.

 

Estas preguntas reflejan el amor y la responsabilidad del maestro en su labor de guiar a alguien hacia el bautismo y, por ende, hacia una relación más estrecha con Jehová.

  1. Pídale a Jehová que le dé valor para decirle a su estudiante con franqueza y cariño lo que necesita hacer para seguir progresando.

Pedirle a Jehová valor para hablar con franqueza y cariño es importante porque asegura que el maestro aborde temas difíciles con sabiduría, amor y claridad, ayudando al estudiante a identificar y superar obstáculos espirituales, mientras demuestra dependencia de Jehová y un interés genuino por su progreso.

5. Ponga fin al curso bíblico si el estudiante no progresa.

  1. Para saber si debe continuar con un curso bíblico, pregúntese:
    • “¿Pone en práctica el estudiante lo que aprende?”.
    • “¿Asiste a las reuniones y les habla a otros sobre la verdad?”.
    • “Si ya lleva un tiempo estudiando, ¿desea ser testigo de Jehová?”.
  2. Si el estudiante no da señales de estar progresando:
    • Anímelo a identificar qué está frenando su progreso.
    • Explíquele con tacto por qué va a dejar de estudiar con él.
    • Dígale con claridad qué cambios tiene que hacer si quiere retomar el curso en el futuro.

Garantizan que el curso tenga un propósito espiritual: Evaluar si el estudiante pone en práctica lo que aprende y muestra deseo de progresar ayuda a confirmar que su interés es sincero y que está avanzando hacia una relación con Jehová.

 

Ayudan a administrar tiempo y recursos sabiamente: Si un estudiante no progresa, se puede dedicar ese tiempo a ayudar a alguien más receptivo, maximizando el esfuerzo en la predicación.

 

Fomentan la responsabilidad personal del estudiante: Al animarlo a identificar lo que frena su progreso y explicarle los cambios necesarios, lo ayuda a reflexionar y tomar decisiones claras sobre su camino espiritual.

 

Reflejan amor y respeto: Dejar de estudiar con tacto y claridad muestra respeto por el estudiante y deja la puerta abierta para que retome el curso si decide hacer los cambios necesarios.

VEA TAMBIÉN

Sal. 141:5;

Salmos 141:5 nos enseña que la corrección franca y amorosa es un acto de bondad, y aceptarla demuestra humildad. Hablar con franqueza ayuda a otros a reflexionar y avanzar espiritualmente.

 Prov. 25:12; 27:6;

Proverbios 25:12:

Este versículo destaca la importancia de la sabiduría al hablar con franqueza. Aunque la corrección es valiosa, debe ser dada a quienes están dispuestos a escuchar. Nos enseña que la franqueza debe ir acompañada de discernimiento para que no se desperdicie. Hablar con franqueza no es solo decir la verdad, sino también saber cuándo y cómo hacerlo para que sea recibido positivamente.

 

Proverbios 27:6:

Este versículo muestra que la franqueza, aunque pueda ser dolorosa, es una muestra de verdadero amor y amistad. Hablar con franqueza, aunque a veces cause incomodidad, es más valioso que dar palabras agradables pero vacías, porque el propósito es ayudar y edificar al otro.

 

 1 Cor. 9:26;

Este texto nos ayuda a hablar con franqueza porque nos enseña a ser intencionales y conscientes de nuestros objetivos. Así como un atleta tiene una meta clara al correr o pelear, nosotros debemos tener un propósito claro al hablar con franqueza. Al ser directos y sinceros, nuestro objetivo debe ser edificar, corregir y guiar, no simplemente hablar sin rumbo o causar confusión. Nos anima a ser deliberados y cuidadosos con nuestras palabras, asegurándonos de que estén dirigidas a ayudar y no a herir sin razón.

 Col. 4:5, 6

 

Este texto nos ayuda a entender cómo hablar con franqueza de manera sabia y amorosa. Nos enseña que nuestras palabras deben ser sabias y bien pensadas, pero también llenas de gracia. Esto significa que debemos ser sinceros, pero al mismo tiempo mostrar respeto y cortesía, buscando edificar al otro. La "palabra sazonada con sal" indica que nuestras conversaciones deben ser agradables y constructivas, evitando hablar de manera hiriente o insensible. Al aplicar estos principios, podemos hablar con franqueza de forma que beneficie a los demás y refleje el amor y la sabiduría de Jehová.

 

 

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