TESOROS DE LA BIBLIA 19 al 25 de agosto
1. ¿Por qué no hay que presumir?
Hoy quisiera que reflexionemos juntos sobre una actitud que,
aunque a veces puede parecer inofensiva, tiene el potencial de alejarnos de
Jehová y de las personas que amamos: la presunción. Todos hemos conocido a
alguien que se enorgullece demasiado de sus logros, su apariencia o sus
posesiones, y quizás nosotros mismos hemos caído en esa trampa en algún
momento. Pero, ¿por qué es tan importante evitar esta actitud? ¿Qué peligros
esconde la presunción y cómo puede afectar nuestra relación con Dios y con los
demás?
La Biblia nos ofrece muchas advertencias sobre el peligro de
presumir y sobre la importancia de mantener una actitud humilde. A lo largo de
esta charla, exploraremos qué dice la Palabra de Dios sobre la presunción, por
qué es tan desagradable para Jehová y cómo podemos cultivar una actitud que nos
mantenga en Su favor.
Empecemos por la primera La presunción y la arrogancia son
actitudes que Jehová rechaza firmemente. En Salmos 75:4, se nos advierte:… Esto
nos recuerda que no debemos ser arrogantes ni creernos superiores a los demás. Y
el apóstol Pablo, también refuerza este pensamiento ya que por inspiración
divina escribió lo siguiente en 1
Timoteo 3:6
Pero como podemos sin darnos cuenta ser presuntuosos y
arrogantes, por ejemplo las personas pueden sentirse superiores debido a sus
habilidades, su aspecto físico, su dinero o su posición social. Su deseo es que
los demás los admiren . es por eso que muchos tratan de sobresalir en este mundo.
Pero como siervos de
Dios nosotros no buscamos sobresalir en este mundo, pero como se puede dar la
presunción en nuestro caso. De eso tenemos algunos ejemplos por sitar uno el
rey Uzías, quien fue leal a Dios durante muchos años. Sin embargo, la Biblia
relata que “tan pronto como se hizo fuerte, su corazón se hizo altivo aun hasta
el punto de causar ruina” Uzías llegó al extremo de entrar en el templo de
Jehová para quemar incienso, una tarea que solo los sacerdotes debían realizar.
Puede darse ese caso en nuestro servicio a Jehová
Por ejemplo cuando recibimos responsabilidades en la
organización es un regalo de Jehová; no es mérito nuestro (Salmos 75:4, 5, 10. Aquí también se nos previene contra ‘ensalzar
en alto nuestro cuerno’, o desarrollar una actitud orgullosa o arrogante.
Cuando recibimos responsabilidades o privilegios en la
congregación, como dar discursos, ser ancianos, siervos ministeriales o
encargarnos de ciertas tareas, podemos caer en la trampa de pensar que somos
más valiosos o importantes que otros hermanos. Esta actitud puede llevarnos a
menospreciar a quienes tienen menos responsabilidades o a creer que nuestro
criterio es siempre el mejor.
Algunos hermanos tienen talentos notables, ya sea en la
oratoria, la música, la enseñanza, o en otros campos que pueden beneficiar a la
congregación. Sin embargo, si comenzamos a presumir de estos talentos y a
buscar reconocimiento personal, estamos poniendo en riesgo nuestra humildad.
Podemos llegar a
sentir que somos indispensables o que la congregación depende de nosotros,
olvidando que es Jehová quien da las habilidades y que todos somos parte de un
cuerpo con diferentes funciones.
Debemos recordar que Jehová es quien nos da esos dones y
habilidades que usamos en la congregación. Es fácil caer en la trampa de pensar
que nuestras capacidades son resultado de nuestro esfuerzo o mérito personal.
Sin embargo, la realidad es que todo lo que tenemos y lo que somos proviene de
Jehová. Como dice Santiago 1:17: "Toda dádiva buena y todo don perfecto descienden
de Jehová ".
Jehová humillará a los arrogantes, como los orgullosos
líderes de este mundo
La arrogancia es una actitud que Jehová no tolera, y la
Biblia es clara al respecto. En Salmo 76:12 se nos dice: … Este versículo
destaca cómo Jehová, en Su poder y justicia, tiene la capacidad de humillar a
aquellos que se exaltan a sí mismos, incluidos los líderes orgullosos de este
mundo.
Los líderes de este mundo a menudo se ven tentados a
enorgullecerse de su poder, influencia y logros. Creen que sus posiciones de
autoridad y sus riquezas los hacen invulnerables. Sin embargo, la Palabra de
Dios nos recuerda que ningún ser humano es más poderoso que Jehová. Aquellos
que se levantan en arrogancia y orgullo, creyéndose autosuficientes o
superiores, eventualmente serán humillados por Dios.
Este principio no solo aplica a los gobernantes y líderes
mundiales, sino también a todos nosotros. Si permitimos que el orgullo domine
nuestras vidas, nos alejaremos de Jehová y nos colocaremos en una posición
peligrosa. Jehová exalta a los humildes, pero derriba a los altivos. Por eso,
debemos esforzarnos por mantener un espíritu humilde, reconociendo que es
Jehová quien gobierna sobre todo y que cualquier cosa que tenemos o logramos es
gracias a Él.
Como conclusión: hoy hemos reflexionado sobre el peligro de
la presunción y la arrogancia, actitudes que Jehová rechaza y que pueden
alejarnos de Su favor. La presunción puede manifestarse de muchas maneras, ya
sea al sentirnos superiores por nuestras asignaciones, nuestros conocimientos,
o nuestros talentos, o al buscar el reconocimiento de los demás.
Sin embargo, debemos recordar que todo lo que somos y
tenemos proviene de Jehová. Él es quien nos otorga nuestras habilidades y
responsabilidades, y es Él quien nos ensalza o humilla según Su justicia.
Mantener una actitud humilde es clave para permanecer cerca
de Jehová. Reconocer que cualquier don o habilidad es un regalo de Dios nos
protege del orgullo y nos ayuda a usar esos dones para Su gloria y para
edificar a la congregación. Como hemos visto en Salmos 76:12, Jehová humillará
a los arrogantes, incluidos los líderes orgullosos de este mundo, y solo los
humildes recibirán Su favor.
Que cada uno de nosotros cultive un espíritu de humildad,
reconociendo siempre nuestra total dependencia de Jehová. De este modo,
evitaremos los peligros de la presunción y nos aseguraremos de seguir caminando
fielmente en el camino que conduce a la vida eterna. Que Jehová nos ayude a
mantenernos humildes y agradecidos, siempre dispuestos a servirle con un
corazón sincero y modesto.