12 al 18 de agosto
TESOROS DE LA BIBLIA
1. ¿Les tenemos envidia a quienes no sirven a Dios?
La envidia es una emoción poderosa que puede nublar nuestra
visión y afectar nuestro bienestar espiritual. A menudo, miramos a aquellos que
no siguen a Dios y vemos envidiablemente su aparente éxito, riqueza y
felicidad. Nos preguntamos si realmente vale la pena nuestra devoción y
sacrificio, especialmente cuando comparados con la vida despreocupada de los
malvados.
En el Salmo 73, encontramos un poderoso ejemplo de cómo la
envidia puede afectar nuestra espiritualidad. leamos 73: 3-5.. El salmista, que
era un levita con el honor de servir en el lugar donde se adoraba a Jehová,
enfrentó un grave dilema espiritual. A pesar de su posición y de las
bendiciones que disfrutaba al servir a Dios, comenzó a sentir envidia hacia los
malvados y arrogantes. Observó que ellos parecían disfrutar de una vida de
riquezas, placeres y sin preocupaciones
El salmista no deseaba imitar las acciones incorrectas de
estos individuos, pero la aparente buena vida que llevaban lo desanimó
profundamente. Se preguntó si su esfuerzo por mantener un corazón puro y
lavarse las manos en inocencia había valido la pena. Esta crisis de fe lo llevó
a sentir que su devoción y sacrificio a Jehová no estaban siendo recompensados
adecuadamente
La envidia del salmista refleja un peligro espiritual serio:
la tentación de desviar nuestra mirada de la verdadera fuente de nuestra
satisfacción y felicidad, que es Jehová. Su experiencia nos enseña que incluso
los siervos más fieles pueden enfrentar esta prueba. Por lo tanto, es crucial
reconocer y abordar estos sentimientos para mantener nuestra fe y nuestra
relación con Dios firmes y intactas.
Recuperar la Perspectiva Correcta al Adorar a Jehová en
Comunidad
Cuando el salmista del Salmo 73 comenzó a sentir envidia de
la aparente buena vida de los malvados, su desánimo creció. La envidia lo llevó
a cuestionar el valor de su fidelidad a Jehová y a sentirse frustrado con su
situación. Sin embargo, el punto de quiebre en su perspectiva llegó cuando
decidió entrar en el “magnífico santuario de Dios” (Sal. 73:17 leamos ). Este
lugar, lleno de la presencia de Jehová y de otros israelitas adoradores, le
permitió poner en orden sus pensamientos y buscar ayuda a través de la oración.
La adoración con nuestros hermanos en la fe, en lugar de
aislarnos en nuestras preocupaciones y sentimientos negativos, es crucial para
mantener una perspectiva espiritual correcta.
El antídoto para la envidia y el desánimo del salmista fue
ver las cosas desde el punto de vista de Jehová. Al cambiar su enfoque y
entender la verdadera realidad, recuperó su paz interior y felicidad, y expresó
su devoción al decir: “En la tierra, aparte de ti, no deseo nada” (Sal. 73:25).
Este ejemplo nos enseña que no debemos dejarnos llevar por
la envidia hacia la vida de los malvados. Su felicidad es efímera y
superficial, y no durará En lugar de envidiarlos, debemos seguir el ejemplo del
salmista: escuchar los consejos de Jehová, adorar con nuestros hermanos y
enfocarnos en lo que realmente importa. Al hacerlo, encontraremos verdadera
alegría y seguiremos el camino que lleva a “la vida que realmente es vida”
En el Salmo 73, el salmista reflexiona sobre la aparente
prosperidad de los malvados, quienes están “en suelo resbaladizo” (Sal.
73:18-19 leamos ). Su vida puede parecer exitosa a corto plazo, pero el placer
que obtienen del pecado es temporal y superficial. La Escritura nos recuerda
que “el mundo va pasando, y también su deseo”. Así que, cuando enfrentamos
tentaciones, debemos preguntarnos: “¿Qué futuro quiero?”
Jehová, por otro lado, promete llevar a sus siervos a “la
gloria”. En contraste con el destino incierto de los malvados, Jehová guía a
sus fieles hacia un futuro glorioso (Sal. 73:24). Esta gloria no es solo una
recompensa futura, sino también una experiencia presente de honor y bendición.
En el Salmo 73, vemos cómo la envidia hacia la aparente
prosperidad de los malvados puede desviar nuestra perspectiva y poner en
peligro nuestra espiritualidad. Sin embargo, el salmista encontró el camino de
regreso a una visión correcta al entrar en el santuario de Jehová, donde
recuperó la claridad y la paz al entender el verdadero destino de los malvados
y la gloria prometida a los fieles siervos de Dios.
Como hemos aprendido, la envidia y el desánimo pueden ser
peligrosos si no los enfrentamos con una visión espiritual adecuada. Debemos
recordar que el placer del pecado es efímero y que el mundo y sus deseos están
en constante cambio. En lugar de dejar que estas tentaciones nos desvíen,
necesitamos ver las cosas desde la perspectiva de Jehová. Al adorarle con
nuestros hermanos, buscar Su guía y enfocar nuestra vida en Su voluntad,
podemos encontrar verdadera satisfacción y paz.
Jehová promete llevar a sus siervos a una gloria que no solo
es futura, sino también presente en nuestras vidas diarias. Nos honra al
permitirnos conocer Su voluntad, ofrecernos Su amistad, y confiarnos el valioso
ministerio cristiano. Al esperar en Jehová y andar en Su camino, podemos tener
la firme esperanza de un futuro glorioso y la vida eterna.
Entonces, si alguna vez te sientes tentado a envidiar a los
que no sirven a Dios, recuerda el ejemplo del salmista y busca la perspectiva
de Jehová. Mantén tu enfoque en las bendiciones que Él ofrece y en la gloria
que te espera. Así, encontrarás la verdadera alegría y seguirás el camino hacia
“la vida que realmente es vida”