Tesoros de la biblia de la semana del 06 al 12 de enero
Discurso: Padres, sigan cuidando la herencia que Jehová les
dio
Queridos hermanos, hoy quiero hablarles sobre una
responsabilidad invaluable que Jehová ha puesto en nuestras manos: cuidar y
educar a nuestros hijos. La Biblia nos enseña que nuestros hijos son un regalo
especial de Jehová, una herencia preciosa que debemos cuidar con amor y
dedicación.
En el Salmo 127:1, 2 se nos recuerda ….Esto significa que,
aunque los padres tienen una gran responsabilidad, Jehová está dispuesto a
ayudarnos si confiamos en Él.
1. El Regalo Especial de Jehová
Pero no debemos verlos como una carga El Salmo 127:3 nos
dice … Este es un privilegio que no debemos dar por sentado. Como padres,
debemos recordar que nuestros hijos no son solo un fruto de la naturaleza o de
nuestras decisiones, sino un don de Jehová.
Ni los ángeles ni ninguna otra criatura tienen el privilegio
de ser padres, como nosotros. Es un regalo exclusivo de Jehová.
Imaginemos por un momento que alguien muy cercano a nosotros
nos da un regalo envuelto de manera hermosa. Al abrirlo, vemos que es un objeto
muy valioso y único. ¿Cómo lo cuidamos? Lo tratamos con esmero y
agradecimiento, porque sabemos que es especial. De la misma manera, debemos
cuidar a nuestros hijos con el mismo amor y gratitud, reconociendo que son un
regalo de Jehová que debemos valorar.
2. Cómo Educar a Nuestros Hijos
El Salmo 127:4 también compara a hijos como una flecha leámoslo…
Cada flecha es diferente, puede ser más
corta, más larga, más pesada o más liviana, y necesita ser dirigida con
precisión. Lo mismo ocurre con nuestros hijos. Cada uno tiene sus propias
necesidades y características, por lo que debemos conocerlos bien para poder
educarlos de acuerdo a lo que cada uno necesita.
Supongamos que un arquero está preparando sus flechas para
lanzar. Él sabe que cada flecha tiene una forma y tamaño distinto. Unas son más
fuertes, otras más delicadas, y algunas requieren un ajuste específico para
volar rectas. El arquero no las lanza todas de la misma manera.
De igual manera, los padres deben conocer las diferencias de
cada hijo y guiarlo de acuerdo con sus necesidades espirituales. A veces, eso
significa estudiar la Biblia con cada hijo por separado, tal como lo hizo una
familia en Israel, que compartió con nosotros su experiencia de que esto ayudó
a sus hijos a comprender y amar a Jehová de manera más personal.
3. El Papel de los Padres: Educar con Amor y Paciencia
Cuando los padres educan a sus hijos con amor, paciencia y
sabiduría, están dándoles la oportunidad de conocer a Jehová y aprender a
amarlo. El Salmo 127:3 nos dice que los hijos son una "herencia de
Jehová". Esto implica que, como padres, somos responsables de cuidar esta
herencia y enseñarla a servir a Jehová.
Imaginen por ejemplo a un jardinero que cuida una planta
joven. Desde que la planta es pequeña, el jardinero le da agua, la protege de
las malas hierbas y la expone al sol de manera equilibrada. A medida que la
planta crece, sigue recibiendo el cuidado necesario para que florezca y dé
buenos frutos. De la misma manera, los padres deben cuidar el desarrollo
espiritual de sus hijos, dándoles la atención que necesitan para crecer en fe y
dedicación a Jehová.
Hermanos, al reflexionar sobre todo lo que se ha dicho, debemos recordar que ser padres es una de las responsabilidades más grandes y sagradas que Jehová nos ha confiado. Nuestros hijos no son solo una bendición, sino también una herencia que debemos cuidar con sabiduría, amor y dedicación. Jehová, como nuestro Padre amoroso, se siente inmensamente feliz cuando los padres confían en Él y se esfuerzan por criar a sus hijos de acuerdo con sus principios.
Cada niño es único, como una flecha que requiere una orientación adecuada para alcanzar su destino. No existe un solo camino ni una sola manera de educar a nuestros hijos, pero lo que sí es esencial es que los guiemos hacia Jehová con amor y paciencia, siempre reconociendo que la educación espiritual debe ser algo personalizado para cada uno de ellos. Esto requiere que los padres se conozcan bien a sí mismos y a sus hijos, estén dispuestos a aprender, y utilicen las herramientas que Jehová nos ha dado para educarlos de manera efectiva.
A lo largo de los años, Jehová ha proporcionado innumerables recursos para ayudarnos en esta noble tarea: publicaciones, videos, canciones, artículos y muchos más. Estos recursos no solo nos enseñan cómo educar a nuestros hijos, sino que también nos brindan apoyo y aliento en el proceso. Cuando usarlos con fe y dedicación, no solo estamos educando a nuestros hijos, sino también fortaleciendo nuestra relación con Jehová y mostrándole que confiamos en Él para que nos ayude a cumplir con nuestra misión como padres.
Jehová se complace enormemente cuando los padres le confían el bienestar espiritual de sus hijos. No importa lo difícil que pueda parecer la tarea o los desafíos que enfrentemos, Él está dispuesto a ayudarnos. Si recurrimos a Él en oración, si pedimos su guía y si seguimos los principios que Él nos ha dejado en su Palabra, podemos estar seguros de que Él nos dará la sabiduría que necesitamos para tomar las mejores decisiones y dirigir a nuestros hijos de manera correcta.
Cada paso que demos para que nuestros hijos crezcan en un ambiente lleno de amor, principios bíblicos y devoción a Jehová es una inversión en su futuro. Les estamos ofreciendo la oportunidad de que se conviertan en fieles siervos de Jehová, y al hacerlo, no solo les damos la mejor herencia posible, sino que también cumplimos con la misión sagrada que Jehová nos ha encomendado.
Por último, recordemos que Jehová siempre estará con nosotros en este viaje. Nos ama profundamente y desea que nuestros hijos lleguen a ser parte de su familia para siempre. Cuando ponemos nuestra confianza en Él, cuando tratamos de hacer lo mejor por nuestros hijos y cuando seguimos sus principios con integridad, podemos estar seguros de que Él se siente feliz y satisfecho con nuestro esfuerzo. Que cada uno de nosotros siga confiando en Jehová, con la certeza de que Él nos ayudará a cumplir esta bendición y responsabilidad con éxito, para que nuestra familia y, en especial, nuestros hijos, lleguen a ser suyos por siempre.