“Jehová es mi Pastor” Tesoros de la biblia 1 al 7 de abril
En el transcurso de nuestras vidas, nos enfrentamos
constantemente a desafíos, obstáculos y momentos de incertidumbre que generan
miedo y temor. Sin embargo, en medio de este caos, encontramos un ancla de
seguridad y consuelo: el cuidado de Jehová. Es en este cuidado divino donde
hallamos nuestra fortaleza, protección y guía.
El Salmo 23 nos ofrece un recordatorio profundo de este
cuidado divino. En este pasaje, el salmista David describe a Dios como nuestro
Pastor, transmitiendo la experiencia personal de cómo un pastor cuida a sus
ovejas. A través de sus palabras, somos invitados a reflexionar sobre la
belleza del cuidado paternal de nuestro Señor Jehová.
Por lo tanto, en esta ocasión, permítannos adentrarnos en
las profundidades de este salmo, explorando cada aspecto del cuidado de Jehová:
su guía amorosa, su protección constante y su provisión generosa. Que esta
reflexión nos fortalezca e inspire a confiar plenamente en el cuidado de
nuestro amado Padre celestial.
Comencemos con la guía de Jehová. En el Salmo 23:1-3,
encontramos consuelo y seguridad en la certeza de que Jehová, nuestro Pastor
celestial, nos guía con amor y sabiduría. Así como un pastor cuida de su
rebaño, Dios vela por nosotros, asegurándose de que no nos falte nada.
Cuando nos encontramos ante decisiones importantes, al
seguir su dirección y obedecer sus mandamientos, somos guiados hacia prados
herbosos y lugares de descanso donde abunda el agua.
Esto simboliza que no tenemos que lamentarnos por decisiones
mal tomadas. Porque Jehová nos conduce por senderos de justicia, mostrándonos
el camino que debemos seguir para vivir una vida plena y en armonía con su
voluntad.
Es esencial recordar que nuestro Pastor celestial nunca nos
abandona. Si confiamos en él y seguimos su guía, encontraremos consuelo en
medio de las pruebas y la seguridad de que siempre estará con nosotros,
conduciéndonos hacia la plenitud y la paz.
Otro aspecto del cuidado de Jehová es su protección, como se
menciona en el Salmo 23:4. En este versículo, el salmista nos recuerda el
poderoso cuidado protector de Jehová sobre sus ovejas.
Es natural que, en ausencia de su pastor, las ovejas se
sientan asustadizas y vulnerables. Sin embargo, nuestro amoroso Dios nos
asegura que no tenemos que temer, incluso en los momentos más oscuros y
difíciles de nuestras vidas.
Aunque crucemos el valle de oscuridad profunda, donde la
muerte y el peligro acechan, podemos estar seguros de que Jehová está con
nosotros. El estudio previo de la Atalaya nos mostró cómo Jehová nos resguarda
brindándonos serenidad y tranquilidad en momentos difíciles. Él nos observa
constantemente, siempre preparado para ofrecernos su ayuda y protección de
múltiples maneras.
La vara y el cayado del pastor son emblemas de su autoridad
y su cuidado paternal. Con ellos, el pastor solía guiar a las ovejas dándoles
suaves golpecitos, pero también utilizaba el cayado como defensa contra los
animales feroces.
Jehová nos dirige y nos protege, asegurándose de que nada
nos falte y de que estemos seguros en su amoroso abrazo. Con su sabiduría
infinita, nos otorga el discernimiento y la fuerza necesarios para superar
cualquier desafío que se interponga en nuestro camino.
Por último, Jehová nos alimenta (Salmos 23:5). En estos
versículos, el salmista nos muestra cómo Jehová, nuestro tierno Pastor, no solo
nos guía y nos protege, sino que también nos nutre abundantemente. Así como un
rebaño depende del pastor para alimentarse, nosotros tenemos necesidades
espirituales que solo pueden ser colmadas por Dios.
Jehová prepara una mesa delante de nosotros, incluso en
medio de las pruebas y angustias de la vida. Él nos deleita con un festín
espiritual; La Biblia y las publicaciones bíblicas, como la revista, son
fuentes de alimento espiritual que satisfacen nuestra necesidad de comprender
el propósito de la vida y el plan de Dios para la humanidad.
Imaginemos por un momento la escena de un pastor consolando
a un corderito que yace seguro en su regazo. Es una imagen de amor, protección
y cuidado que nos recuerda la responsabilidad y el compromiso de los pastores
hacia su rebaño.
Así como los buenos pastores cuidan de sus ovejas con amor y
dedicación, también Jehová, nuestro divino Pastor, vela por nosotros, sus
amados siervos. Pero, ¿cómo nos cuida Jehová a cada uno de nosotros de manera
individual?
Esta pregunta nos lleva a reflexionar sobre cómo experimentamos
el cuidado de Jehová en nuestras vidas diarias. Nos cuida a través de su
palabra, la Biblia, que nos guía y nos orienta en momentos de confusión y duda.
Nos cuida mediante sus promesas, que nos infunden esperanza
y fortaleza en tiempos difíciles. Nos cuida a través de su Espíritu Santo, que
nos consuela, nos fortalece y nos guía en nuestra jornada espiritual.
Además, Jehová nos cuida a través de las personas que pone
en nuestro camino: familiares, amigos y hermanos en la fe, quienes nos brindan
apoyo, consuelo y ánimo cuando más lo necesitamos. Nos cuida también a través
de las circunstancias de la vida, incluso aquellas que pueden parecer difíciles
o dolorosas; siempre nos ofrece una salida.
Por lo tanto, al hacernos esta pregunta, "¿Cómo me cuida
Jehová a mí?", podemos hallar numerosas respuestas que nos llenan de
gratitud y confianza en su amor incondicional. Recordemos siempre que, como sus
preciosas ovejas, somos amados y cuidados por nuestro fiel Pastor celestial,
quien nunca nos abandona y siempre vela por nuestro bienestar.